H. G. Wells, "La guerra de los mundos"
La guerra de los mundos es obra del
escritor inglés H. G. Wells, quien junto con Julio Verne, inició el género de
la ciencia ficción. Wells tenía unas profundas convicciones izquierdistas que
dejaba patente en todas sus obras, a modo de crítica velada. En la maquina del tiempo, por ejemplo,
aborda la lucha de clases, un tema muy importante a finales del siglo XIX
—época en la que escribe la mayor parte de su obra —; en la guerra de los mundos establece un paralelismo entre las
practicas imperialistas de Gran Bretaña y las de los invasores hacia los
propios ingleses.
Se trata de
una obra en prosa, de carácter extenso como viene siendo habitual en el género
novelesco, y en la cual se narra una historia de ciencia ficción. El libro
introduce y explota un tema, por aquel entonces innovador, pues se trata de la
primera obra en la que aparece reflejado, y que será utilizado repetidamente a lo largo de
la siguiente centuria; estamos hablando de una invasión marciana a la Tierra.
Al no haberse escrito nada igual hasta entonces, Wells tiene la ocasión de
poder darles una fisionomía, unas capacidades y una maquinaria a los marcianos
que servirá de modelo tanto para películas como novelas.
La acción es
relatada por un escritor que tiene la ocasión de contemplar desde un
observatorio una serie de explosiones producidas en Marte, en cuya superficie
provocaban una gran mancha de polvo, cada veinticuatro horas. Días más tarde,
un enorme cilindro impactó en una ciudad al sur de Londres, Woking, en la cual
reside el protagonista. Cuando el cilindro se abrió salieron de él unas extrañas
criaturas que se movían costosamente, sin embargo, estos seres poseían una
tecnología muy avanzada y un arma capaz de hacer estallar en llamas todo lo que
tocaba, el rayo calórico; valiéndose además de una poderosa máquina de guerra
sustentada sobre un trípode los marcianos comenzaron a ganar espacio en torno
al cilindro caído. Entre tanto los humanos, quienes empezaban a comprender la
gravedad de la situación empezaron a organizar las defensas.
El
narrador-protagonista puede llegar a parecer el propio autor, pues ambos
comparten profesión; éste, el ficticio, ha publicado varios artículos de
diversa índole. El protagonista, que está casado y tiene un hermano que vive en
Londres, dará muestras de su audacia al ver el peligro con antelación y lograr
poner a su mujer a salvo. Las difíciles situaciones a las que deberá
enfrentarse nos permiten adentrarnos en su personalidad y, de esta forma,
comprender su forma de actuar al estudiar el comportamiento de los invasores
con una mirada racional en vez de dejarse llevar por el pánico que se apoderaba
de la mayor parte de la población.
Su hermano, habitante de la ciudad londinense,
nos acerca la situación vivida por los metropolitanos en el trascurso del éxodo
masivo. Durante su huida comprobará de qué forma degeneran los valores humanos
ante la falta de gobierno en lo que se convirtió en una lucha por la
supervivencia. Sin embargo, él mostrará respeto, caballerosidad y compasión
frente a tal barbarie.
El autor
pretende llegar con su obra a un gran público por lo que recurre a un estilo
sencillo al alcance del lector más novel, el gran aliciente de este libro, fue
en su época, el tema sin precedentes acerca de la invasión alienígena, y en el
presente, la ocasión de leer al autor que desencadenó un fenómeno sin
precedentes en la literatura de la ciencia ficción. Con el objetivo claro de la
sencillez, el narrador lo encarna un hombre conocedor de una gran variedad de
temas pero que, como él mismo nos indica, no maneja en profundidad. Sin
embargo, esos conocimientos generales, le permiten describir con bastantes
detalles la forma de los extraterrestres así como el desarrollo de sus
funciones vitales.
La novela de
H. G. Wells ha sido ampliamente versionada a lo largo de los años produciendo
secuelas y siendo la inspiración para muchas otras obras; especialmente
llamativo es el episodio acontecido en 1938, cuando Orson Wells adaptó la obra
a un programa radiofónico indicando que el primer cilindro había caído en Nueva
Jersey. La broma conmocionó a la sociedad que creía que la Tierra estaba
sufriendo una invasión real. Sólo por este dato merece la pena leer el libro en
el que se basó y, así, poder entender a la vez, el motivo por el cual los
marcianos se representan en las películas con ese aspecto tan característico. No
sólo será del agrado de los amantes de lo extraterrestre, igualmente, de
aquellos que disfrutan con el suspense, pues el autor logra mantener la intriga
en el lector y avivar su curiosidad, por medio de los ojos del
narrador-protagonista con quien se comparte una sensación de interés por lo desconocido que le lleva a correr grandes
riesgo con tal de contemplar a las criaturas de Marte.
Sergio González Ramos, 1º Bachillerato BC
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