Orgullo y Prejuicio. Jane Austen.

Por lo general, no suelo leer muchas novelas románticas históricas. La razón de este hecho no quiere decir que me gusten menos que otros géneros pero, por diversos motivos, casi siempre caen en mis manos novelas actuales. “Orgullo y prejuicio” fue una de las primeras novelas históricas que he tenido la oportunidad de leer. Para ser honesta, al principio esperaba una historia no muy interesante: pensaba que cualquier historia, narrada en esa época, con una ideología tan diferente a la actual y un lenguaje propio de aquellos siglos, iba a ser difícil de entender. Pero, afortunadamente, me equivoqué.

Como he dicho anteriormente jamás había leído una novela de esta época; sin embargo llevo bastante tiempo sintiendo curiosidad por esta obra, aunque no lea novelas históricas me encanta leer literatura actual y en numerosas historias que he podido leer aparecen referencias en relación  de Orgullo y Prejuicio yla historia de amor entre Darcy y Elizabeth.
Además de narrar una preciosa historia, esta novela también me ha proporcionado una clara descripción de la vida y las costumbres de aquella época: cómo que el futuro de las hijas depende de la dote que pueda ofrecer su padre, la necesidad de las jóvenes de casarse a una edad temprana, lo poco valoradas que estaban las mujeres…es decir, nos describe fielmente la vida cotidiana de aquella época narrados de una forma divertida que conlleva a una lectura totalmente liviana y de lo más entretenida.


Me ha llamado mucho la atención la capacidad de Jane Austen, la escritora de dicha novela, para describir tanto interior como exteriormente a los protagonistas, mostrando su personalidad, logrando que conozcamos a los protagonistas, nos pongamos en su lugar e incluso podamos sentir aprecio por ellos.
Me es imposible negar que la persona a la que más cariño cogí fueElizabeth, una joven de alma vivaz, observadora y con una gran inteligencia, que prefiere quedarse soltera a casarse con alguien a quien no ama. Me asombra su muestra de rebeldía ante las normas sociales que rodeaban a las mujeres en aquella época y su personalidad me es totalmente encantadora, pues muestra a una muchacha a la que no le importa lo que piensen de ella, que no tiene miedo de admitir sus errores y es capaz de vivir siguiendo sus propios valores y principios. Creo que con este personaje Jane Austen ofrece una crítica indirecta acerca del machismo en esta época y no puedo negar el valor de este personaje al vivir según sus normas, sin mostrarse apenas influida por la sociedad de la época. La historia de amor entre esta joven y el señor Darcy me parece una historia tremendamente enternecedora. Aunque su relación no se describe sensualmente, no podemos dudar de la intensidad de los sentimientos de ambos.


El personajes que más complejo me ha parecido es el señor Darcy, un hombre orgulloso, vanidoso y borde en sus primeras apariciones que finalmente resulta ser, para sorpresa de todos, de lo más tierno, cautivador, y servicial. Me ha llamado la atención el juego que Jane Austen ha usado para mostrarnos al señor Darcy como un personaje totalmente desagradable en un principio de la historia para acabar con un protagonista de lo más encantador. Este recurso usado por la escritora nos hace darnos cuenta de que somos personas llenas de prejuicios y nos muestra que las apariencias engañan yque la primera impresión acerca de alguien puede ser totalmente equivocada;que ocasionalmente ese desconocido no es tan malo como nos parece en un principio, como es el caso del señor Darcy; o por el contrario puede ser que aquella persona que parecía totalmente caballerosa y respetuosa resultara ser alguien infame, como ocurre con el señor Wickham, quien se nos presenta como un hombre agradable y simpático, víctima de una gran injusticia económica pero que según avanza la lectura descubrimos lo diferente que puede llegar a ser la realidad.

Por esta razón el título de esta obra me parece totalmente acertado, pues conforme ha ido avanzando la trama he podido darme cuenta de que esta novela nos muestra una reflexión acerca de los prejuicios de las personas y del orgullo que vemos reflejados en ambos protagonistas. En esta obra nos muestra cómo Elizabeth no es feliz hasta que no deja de lado sus prejuicios y su orgullo; al igual que ocurre con el señor Darcy. Desde mi punto de vista la autora ha sido muy perspicaz al mostrar una reflexión tan profunda acerca de estos dos términos y me ha transmitido muchos valores que antes ignoraba. A través de la relación entre Elizabeth y Darcy se nos muestra la historia de dos personas que han tenido que dejar de lado todos los prejuicios que tenían entre ellos para poder darse cuenta de lo que realmente los hacía dichosos, estar el uno junto al otro. Personalmente, nunca había entendido realmente el significado del término orgullo, jamás me había preguntado acerca de su valor y para ser honesta, siempre me había parecido algo carente de importancia. Al leer esta novela he podido reflexionar acerca de este término y comparto mi opinión con Mary, la hermana de Elizabeth: “El orgullo es un defecto muy común, según creo y somos muy pocos los que no albergamos un sentimiento de automplacencia por alguna cualidad verdadera o imaginada. La vanidad y el orgullo son cosas diferentes, aunque esas palabras se empleen con frecuencia como si fueran sinónimas. Una persona puede ser orgullosa sin ser vanidosa. El orgullo está más relacionado con el concepto que tenemos de nosotros mismos; la vanidad, con lo que queremos que piensen de nosotros los demás.” Yo también pienso que el orgullo no siempre es perjudicial, creo que es válido cuando este nos hace mejorar como personas y desarrollar nuestros valores y principios; sin embargo creo que el problema del orgullo aparece cuando este viene acompañado de la vanidad, pues esta la que nos hace actuar con arrogancia.


En conclusión, esta obra me ha hecho darme cuenta de que a lo largo de nuestras vidas habrá muchas ocasiones en las que nuestro orgullo y nuestros prejuicios no nos dejarán mostrar lo que realmente sentimos, sin embargo, debemos madurar, lo que conlleva a tener que dejar de lado nuestro propio orgullo por amor, al fin y al cabo, es mejor perder tu orgullo por la persona que quieres, que perder a la persona que quieres por orgullo.

Belén Albaladejo Hernández, 4ºAX.

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